miércoles, 16 de diciembre de 2009

Evaluación





Eva estaba andando, luciendo sus atuendos. Como era una lucida con mucha acción, porque Eva era atleta pedestre, la gente que la veía pasar le decía: “luce con acción”. Luego llegó al pueblo de los disléxicos y, en vez de “luce con acción”, le dijeron: “luación”. Al enterarse que esa bella corredora se llamaba Eva, comenzaron a exclamar: “¡Evaluación, Evaluación!”. Tan cómoda y contenta quedó Eva por tal recibimiento, que le compró al martillero local unos acres en el pueblo de Dita, el cual pertenecía a otra nación. Como el martillero también era disléxico, en el boleto de compra-venta puso: “Evaluación compra Acreditación”. En eso, vino el notario con una moción de censura y, como era muy progre, el martillero dijo: “¡Ah, es una Promoción”. El notario le responde al martillero: “No sabe; debe compensar sus conocimientos en la Escuela Superior de los Martilleros”. Entonces, el martillero, enojado, tuvo que hacer una Medición de los alcances de sus insultos para no decirlos, y, con buen Criterio de Evaluación de los hechos, accedió a la Repitencia de: “Evaluación compra Acreditación”. Eva, cansada de tanta contradicción, asumió una Actitud Crítica y entendió que su compra era todo un fracaso. Entonces, elevó su Autoestima y, contenta, siguió corriendo.




No hay comentarios: